Red fortísima, de hilos de acero.
Afirmación y negación se enlazan
se siguen, se desprenden como gotas
de plomo derretido, que se sueltan
de las premisas, como de altos hornos.
Nadie corta estos hilos.
Nadie pellizca la piel de la lógica.
Los finísimos dedos arrojan
su red sobre las cosas.
Sin embargo
la red vuelve vacía.
Hermoso poema de Cirse Maia (http://circemaia.org/) que me llegó en el momento justo para que saliera esta canción.
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