14.10.11

Jotaká





“¿Porqué miran hacia allá?” – me pregunté cuando casi instantáneamente me percataba que, allá, había una televisión.
Me saqué la capucha al entrar. Elegí la mesa, y mientras caminaba-hacia ella, la silla, me bajaba el cierre de la camperita de algodón.
Corrí la silla, y miré la mancha de vino sobre el laminado imitación mármol blanco con dulce de leche, era doble circular, y una mancha, de verdad, que se desprendía, sin dejar de estar prendida, de los círculos, violetas.
No me acuerdo de cuando me senté, me acuerdo de la mancha, y después ya estaba hablando con el mozo.
Vino el mozo, esta vez con lo que le había pedido, yo ya estaba escribiendo, dejó los platos, me interrumpí, le agradecí. Seguí escribiendo.
Miré la pizza y pensé, “Esta pizza no está buena, me había olvidado”. Agarré un pedazo y mordí. Estaba buenísima.
En la tele había un circo muy iluminado, de colores, enrejado. Lucha Libre. “Estos se pegan de verdá” – dijo alguien por ahí atrás hacia la derecha, no se quien, y nunca conoceré su rostro, porque por más que ahora mire, ya no se quien fue quien habló.
Ya terminó la pelea. No la vi. Solamente vi entrar a los participantes. Vi que no se ríen, me pregunté si sería una regla; pensé también en preguntarles a ustedes si lo habían notado.
Es verdad, no se ríen.
Hay gente que cuando se ríe parece que se va a morir. Dejan de respirar, los ojos entumecidos, de los cuales, uno, casi siempre pierde el control, el cuello estirado, las venas, movimiento autístico.
Llegaron unos flacos, mueven las mesas, viene el mozo..
–“¿Cuántos son?”
– “Seis.. Siete..” – contestó uno.
Brindaron.
Yo observé como un poco de cerveza se deslizaba por un vaso inclinado. Vi sólo el vaso, miraba por un espejo, la cara la tapaba una de las banderas de Uruguay que estaban colgadas, una a cada lado de la televisión, grande, plana, monstruosa; cayendo. Las banderas.
El que estaba más cerca de los siete, era el que hablaba más fuerte. Al menos estaba de espaldas.
Estaba el chistoso también, y el que se sienta contra la mesa, el de la esquina, que siempre está por fuera, y el de lentes y pelo largo. Debe escuchar Metallica, o alguna otra banda oscura (pero de metal) mucho menos conocida. Es virgen, y de vez en cuando sale a comer pizza y tomar cerveza con sus amigos de la infancia.
Ellos no tienen idea de lo que él piensa.
Él se ríe así, se ríe a punto de morirse.



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