Nunca compro chicles, no me atrae consumirlos, pero en la jugada queda de
manifiesto su importancia.
LA PUTA MADRE!!! POR FIN!!!.
Rebotó, pegó en el palo y entró. Espantosa, torpe, lenta la reaccion ofensiva... pero adentro. En realidad fueron más las ganas del ser que estaba enfrentándome que las mías,un mano a mano que se dio en un espacio reducido y que convertiría con su desenlace a la noche en mágica. Simplemente atiné a hacer un leve movimiento ante su determinación y fue el correcto, GOL!!!. Fue su fuerza y no la mía la que determinó la potencia y la trayectoria. Fue su grandeza que determinó el valor del logro propio.
Ya nada volverá a ser igual, hay goles que son el Match Point del resto de la vida.
Aquí se puede ver claramente el beso en el balcón.
Colores deambulantes dulces charlan entre libros óseos de arquitectura baja de Vaganova.
ResponderEliminarNo sé que decite.
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